24/1/12

INTRODUCCION

Se realizo un proceso en la Escuela Normal Superior Distrital María Montessori con el Docente Guillermo Velasco Ariza a cargo del curso 203 jornada tarde, en el cual implementamos un proyecto denominado “Pequeños Genios”, el cual tenia como objetivo que mediante la grafología infantil y las pautas de crianza observáramos las carencias que presentaba cada niño, esto se manejo mediante talleres realizados una vez a la semana.
Como sabemos la grafología infantil es estudia la evolución de la escritura desde el momento en que el niño/a inicia el entrenamiento gráfico hasta la adolescencia, que es el momento en el que dicha escritura ya podemos considerarla como adulta, y evaluarla con los mismos parámetros que dicha escritura. La principal aplicación será por tanto, el descubrimiento de las posibles alteraciones que se produzcan en el desarrollo del niño, con el objetivo de corregirlas antes de que sea demasiado tarde.
Mientras que las pautas de crianza son aquellas que toma la familia frente a la conducta, comportamiento y como lo dice la crianza de él, esto incluye la fundamentación de los valores personales y sociales. Estas dos áreas nos permitieron destacar la personalidad de los niños, verificándolo con sus acciones, y combinando con el análisis de sus talleres realizados.
En dicho proceso presentamos una variedad de talleres (Manuales, artísticos, lectores, grupales e individuales) en donde los niños se podían expresar libremente, sin restricciones, siendo ellos mismos, permitiéndolos conocer como son, sus comportamientos y actitudes en la realización de todo el proceso.
Con los cuales concluimos que la personalidad de cada niño se formo mediante bases familiares, y contextos sociales presentados en el hogar, los amigos, la familia externa y la escuela.

Aportes




29/9/11

BASES TEÓRICAS!

GRAFOLOGIA INFANTIL:


Grafología infantil

Gracias a las técnicas pictográficas los psicólogos pueden detectar diversos problemas en los niños, analizar su personalidad, etc. Los dibujos infantiles hablan por sí mismos, sólo hay que saber entender el mensaje que se oculta tras los trazos realizados por los niños. El dibujo infantil es por tanto una herramienta útil para poder diagnosticar o tratar problemas y dolencias.

Los dibujos infantiles hablan y cuentan secretos, temores, miedos, alegrías, tristezas, los especialistas logran detectar todos estos sentimientos que se expresan de forma espontánea e inconsciente. Los niños dibujan sus sentimientos, gracias a ellos se han podido detectar situaciones como los abusos sexuales o el maltrato, los diagnósticos que realizan psicólogos y psiquiatras se basan en series de dibujos, uno sólo no sirve, pero una serie de varios dibujos proporciona mucha información.

Cada trazo es interpretado por los profesionales, una cabeza, la forma de su boca, qué acompaña al dibujo, la distancia entre cada uno de los trazos, etc. Todo sirve para indagar en la personalidad del niño y en lo que le afecta. Pero hay más herramientas que utilizan los expertos para conocer a los niños, la grafo logia infantil sería una de ellas.

Los expertos en grafología infantil se dedican a escudriñar las formas de las letras, los espacios entre palabras, la rectitud de las líneas… igual que los dibujos, las formas de escritura también dicen mucho.

Si existe un espacio amplio entre las palabras, los expertos indican que el niño sufre cambios de humor, cuando el espacio entre líneas es reducido y la escritura infantil ocupa prácticamente todo el folio, podría indicar que el carácter del niño es extrovertido. Unas letras pequeñas muestran que sobre el niño existe una cierta presión psicológica que podría estar causada por unos padres o educadores exigentes, pero esto son ejemplos, porque cada caso o situación es distinta.

De igual modo se somete a examen la presión con la que se escribe y el tipo de herramienta para escribir, un lápiz, un bolígrafo o un color. Una presión ligera es interpretada por los grafólogos como una personalidad sensible, con preocupaciones por los posibles fracasos ante las tareas que deben realizarse, por ejemplo los deberes escolares. Y según los expertos, los borrones y correcciones pueden desvelar que un niño sufre ansiedad.

Por otro lado, una escritura descendente indicaría dificultades ante un determinado esfuerzo que el niño considera excesivo. Las letras también dicen mucho, una letra t con el palo excesivamente largo mostraría los deseos del niño por expresar lo que piensa o lo que siente.

Dibujo infantil y grafología son dos mundos cargados de matices que hablan y muestran al niño tal y como es, gracias a ellos se puede ayudar al niño aunque no explique qué es lo que pasa por su mente o a qué problemas se está enfrentando en soledad. En algunos casos puede ser una herramienta muy valiosa que podría ayudar a mejorar el desarrollo infantil.



PAUTAS DE CRIANZA:


La familia influye en el desarrollo socioafectivo del infante, ya que los modelos, valores, normas, roles y habilidades se aprenden durante el período de la infancia, la cual está relacionada con el manejo y resolución de conflictos, las habilidades sociales y adaptativas, con las conductas prosociales y con la regulación emocional, entre otras. Aunque son multidimensionales los factores que afectan el desarrollo de los niños y niñas, es importante identificar la influencia de la familia y de los estilos y pautas de crianza en el desarrollo socioafectivo, además de identificar factores de riesgo y problemas de salud mental en la infancia, tales como: la depresión infantil, agresividad, baja autoestima, problemas en conductas adaptativas, entre otras.
Solís-Camara et al. (2007) definieron la crianza como las actitudes y comportamientos de los padres y también realizaron investigaciones para establecer los factores que afectan la participación de los padres, identificando el bienestar subjetivo, las actitudes y las expectativas sobre el desarrollo del niño. Los cambios en la familia, en las interacciones y en las pautas de crianza pueden afectar los estilos parentales y el desarrollo socioafectivo en la infancia.
Así, para Cabrera, Guevara & Barrera (2006) la red familiar se reorganiza y las relaciones se redefinen permanentemente; en las interacciones negativas en la familia pueden crearse desajustes psicológicos en los hijos, lo cual dependerá del grado de satisfacción que se tenga por ser padre. De igual manera, los conflictos que enfrentan los padres diariamente y el estrés experimentado, debido a funciones relacionadas con la crianza, pueden influir sobre las características de los hijos y su ajuste emocional.
Salud mental y pautas de crianza: Existen diversos factores biopsicosociales relacionados con la salud mental de los padres y cuidadores que generan estrés, depresión, agresividad u otras alteraciones que a su vez afectan los estilos de crianza y las relaciones con los hijos, por lo cual es importante identificar esos factores de riesgo y generar factores protectores para la salud mental, tanto de los cuidadores como de los niños, niñas y adolescentes en sus familias.
Oliva, Parra & Arranz (2008) proponen estilos parentales relacionales asociados con el clima y caracterizados por el apoyo, el afecto, la comunicación y la promoción de la autonomía desde una perspectiva más multidimensional, no sólo de afecto y control en las pautas de crianza. Oliva, Parra, Sánchez & López (2007) también estudian las relaciones entre estilos parentales y ajuste del adolescente y destacan las relaciones con el desarrollo de los hijos.
Se encuentran además otras características de los cuidadores o padres relacionados con los estilos de crianza y las interacciones familiares. Así Pons- Salvador, Cerezo & Bernabé (2005) identificaron factores asociados a los cambios que afectan negativamente la parentalidad, como los antecedentes de castigo en la madre, la baja satisfacción materna y la percepción negativa del bebé entre otros, que se convierten en factores de riesgo para maltrato y alteraciones emocionales.
En relación con antecedentes o características psiquiátricas de los padres, Oates (1997) citado en Ezpeleta (2005) realizó investigaciones con
hijos de pacientes psiquiátricos asociados a problemas conyugales, estrés, problemas psicosociales y encontró que aumentan el riesgo de abuso, maltrato o rechazo hacia los hijos. También Gracia, Lila & Musitu (2005) hallaron relación entre el rechazo parental percibido por el hijo y el ajuste psicológico y social en relación con el afecto, la hostilidad, la indiferencia o el rechazo percibido de los padres y la relación con comportamientos internalizados como la ansiedad, la depresión, el aislamiento social, la autoestima negativa y los problemas somáticos, y con comportamientos externalizantes como la agresividad y la conducta disocial.
La crianza está afectada por las relaciones agresivas, la deprivación afectiva y otras problemáticas de la familia, tal como lo encontró en sus resultados de investigación Bradly (2000) citado en Ezpeleta (2005), quien plantea que la falta de afecto, el afecto negativo o la desaprobación a toda acción o comportamiento de los padres, se relaciona con problemas externalizantes y con baja autoestima en niños y, además, la vinculación insegura con los cuidadores como un factor de mayor vulnerabilidad para la psicopatología infantil.
Ezpeleta (2005) también realiza reflexiones sobre las psicopatologías de los padres y los trastornos emocionales, entre otros, como factores de riesgo de problemas comportamentales y emocionales en la infancia.
Depresión: A partir de la enunciación de los factores de riesgo para problemas del desarrollo socioafectivo en la infancia y las conductas parentales inadecuadas, es necesario identificar los cambios que se presentan y las problemáticas familiares asociadas a trastornos emocionales para orientar la prevención y la intervención oportuna. Los problemas emocionales de los padres, como: la depresión, influye en los niños, niñas y adolescentes, generándoles modelos inadecuados o prácticas negativas para su desarrollo.
Entre las investigaciones sobre depresión y pautas de crianza se encuentran las de Knoche, Givens & Sheridan (2007) las cuales identificaron relaciones entre depresión materna, sentido parental y el desarrollo cognitivo de los hijos, pero no encontraron diferencias significativas. En otras investigaciones Markrowitz (2007), se establecieron relaciones entre madres con depresión mayor y los comportamientos y el desarrollo de los hijos, presentando alteraciones del sueño y emocionales, especialmente.
También, Newcomb, Mineka, Zinbarg & Griffith (2007) plantean que la sobreprotección y la percepción negativa del cuidado y la crianza se relacionan con síntomas de desordenes emocionales en la infancia y la adolescencia como la depresión y la ansiedad.
En otras investigaciones sobre depresión materna y pautas de crianza Maughan, Cicchetti, Toth & Rogosch (2007) analizaron los efectos de la depresión materna y las conductas parentales negativas en el desarrollo sociemocional y en los patrones de regulación emocional de los hijos; encontraron que la depresión materna es un factor de riesgo que afecta el ajuste socioemocional y la aceptación social de los hijos.
Con respecto a la depresión materna, la autoestima y las pautas de crianza, Gerdes et al. (2007) realizaron investigaciones para establecer las relaciones entre depresión materna, autoestima y locus de control y conductas parentales relacionadas con la eficacia parental y el estrés parental en padres de niños con trastorno por déficit atencional, con hiperactividad. Por otra parte, Chávez & González (2008) estudiaron la depresión perinatal y los efectos en el apego y en las relaciones con los hijos y en los factores socioculturales de riesgo para la depresión materna como un insumo para futuras investigaciones y programas de prevención.
Parentalidad y desarrollo socioafectivo (socialización): La socialización de la infancia se produce mediante las prácticas de crianza, entendidas como la manera en que los padres (y en general la estructura familiar) orientan el desarrollo del niño/a y le transmiten un conjunto de valores y normas que facilitan su incorporación al grupo social. De manera simple, las prácticas de crianza son las acciones llevadas a cabo por los padres y personas responsables del cuidado del niño/a para dar respuesta cotidianamente a sus necesidades (Myers, 1994).
Torío, Peña & Caro (2008) encontraron que los padres de niños de cinco a ocho años no tienen un estilo de crianza definido; algunas veces son democráticos y otras veces son autoritarios, lo cual debe considerarse para modificar o mejorar las prácticas educativas existentes en la familia.
Henao, Ramírez & Ramírez (2007) plantean la importancia de la familia en la socialización y desarrollo durante la infancia. La combinación de costumbres y hábitos de crianza de los padres, la sensibilidad hacia las necesidades de su hijo, la aceptación de su individualidad; el afecto que se expresa y los mecanismos de control son la base para regular el comportamiento de sus hijos. Destacan la importancia de la comunicación en las pautas de crianza. Algunos estudios como los de Schwebel, Brezausek, Ramey & Ramey (2004) coinciden en que los niños temperamentalmente difíciles necesitan una mayor cantidad de tiempo y de recursos para alcanzar un adecuado desarrollo social. También Ato, Galián & Huéscar (2007) analizaron las relaciones entre estilos de crianza, temperamento y ajuste socioemocional en la infancia y proponen los modelos interactivos que los estilos de crianza influyen diferencialmente en el ajuste en función del temperamento de los niños y niñas. Además, es importante tener en cuenta otras variables como la etapa evolutiva, el género del niño, los recursos económicos, las características de la personalidad de los padres, entre otros.
Con respecto a estilos de crianza autoritarios Mulsow (2008) propone que la familia es un agente que afecta los aspectos socio-emocionales al ofrecer modelos que sean compatibles con la realidad vital, y da oportunidades para desarrollarse emocionalmente. Los estilos autoritarios y castigadores generan un desarrollo emocional disfuncional y deficitario en estrategias y competencias emocionales para la adaptación en distintos contextos a lo largo de la vida. Según Rodríguez (2007) la familia es el primer contexto parala transmisión de las normas, valores y modelos de comportamiento, es la familia la que socializa al niño permitiéndole interiorizar los elementos básicos de la cultura y desarrollar las bases de su personalidad; cada familia asume las pautas de crianza dependiendo de sus características, dinámica y factores contextuales, así como los recursos y apoyos, entre otros.
Por último, Berk (2004) destaca la importancia de la familia en el proceso de socialización y aprendizaje de los niños a lo largo de su desarrollo y de su vida escolar; en consecuencia, los padres facilitan el desarrollo de competencias sociales.
Parentalidad, estilos de crianza y factores de riesgo en el desarrollo socioafectivo:
Ramírez (2002) plantea que las prácticas de crianza que utilizan los padres se relacionan con los problemas de conducta de los hijos; como prácticas de crianza inadecuadas: afecto negativo, castigos no físicos, control autoritario y énfasis en el logro, los hijos tienen mayor probabilidad de presentar problemas de conducta tanto externos como internos. Concretamente, el afecto negativo predice conducta agresiva, problemas de atención y de comportamiento, El control autoritario predice ansiedad/depresión y el énfasis en el logro predice ansiedad/depresión, problemas sociales. También Ramírez (2007) en sus investigaciones muestra la relación entre los conflictos maritales, las pautas de crianza y el comportamiento de los niños y encuentra que los problemas comportamentales aumentan en la medida en que aumentan los conflictos matrimoniales y las prácticas de crianza inadecuadas (como control autoritario, énfasis en el logro y castigos no físicos), y disminuyen las adecuadas (como expresión de afecto, guía razonada y disfrutar con el niño).
En otros estudios de pautas de crianza y prematuros Mora & Rojas (2005) observaron la crianza y los estilos predominantes en madres de prematuros, presentándose mayores alteraciones en las pautas de crianza de madres adolescentes o mayores de bebés prematuros en las cuales no se establecen límites y normas claras; además afectan la dinámica familiar la vulnerabilidad socioeconómica e incrementan los riesgos de maltrato y negligencia entre otras.
Además existen investigaciones entre prácticas de crianza negativas y alteraciones en la infancia. Paulussen-Hoogeboom, Stams, Hermanns, Peetsma & Van den Wittenboer (2008) analizaron las relaciones entre emocionalidad negativa, comportamientos internalizantes y externalizantes con el estilo parental autoritario. Eshel, Daelmans, Cabral & Martínez (2006) realizaron investigaciones para establecer relaciones entre responsabilidad y receptividad parental y la presentación de comportamientos internalizantes y externalizantes.
El apoyo, el afecto y las interacciones apropiadas ayudan al desarrollo cognitivo y psicosocial durante la infancia. En el mismo sentido, el cuidado, la salud y el desarrollo están relacionados con la aceptación y la receptividad que los padres tengan de sus hijos.
También se han encontrado relaciones entre los estilos permisivos y autoritarios con el desarrollo cognoscitivo y emocional como las observadas por Arvelo (2003), quien analizó la función paterna, las prácticas de crianza y el desarrollo en adolescentes, encontrando relación con problemas de bajo rendimiento escolar, dificultades en la comunicación, hostilidad, depresión, mentiras frecuentes y conductas transgresoras. En lo que se refiere a las pautas de crianza se detectó una permisividad por parte de los padres y especialmente las madres.
Con respecto a estilos de crianza y género Winsler, Madigan & Aquilino (2005) en sus investigaciones sobre paternidad encontraron diferencias en los estilos entre los padres y las madres, percibiéndose las madres como más autoritarias que los padres.
Los estilos de crianza inadecuados de los padres durante la infancia se relacionan como factores de riesgo de problemáticas cognoscitivas o socioafectivas y sobre los cuales se deben orientar las estrategias de prevención en la familia y generar espacios para desarrollar habilidades sociales y conductas prosociales en otros contextos.
Pautas de crianza y prevención de  problemas en el desarrollo socioafectivo en la infancia:
La prevención de factores de riesgo en la familia que influya negativamente en los estilos de crianza y en el desarrollo socioafectivo durante la infancia es una responsabilidad de los distintos profesionales y sectores para lograr un mejor desarrollo de habilidades, competencias parentales, habilidades emocionales y conductas prosociales en los niños, niñas y adolescentes.
Diversos estudios como los de Patterson, DeGarmo & Forgatch (2004) brindan aportes sobre situaciones estresantes en la familia, pautas de crianza y ajuste en el desarrollo de los niños y niñas, en padres y madres; identifican y proponen cinco prácticas de crianza efectivas: el estímulo, la disciplina, el monitoreo, la solución de problemas y el involucramiento positivo con atención y cuidado. Estas prácticas orientan el diseño de propuestas de prevención e intervención con familias y cuidadores.
Otras investigaciones, en este caso la planteada por Amaya (2008) genera una propuesta de programa-guía para el desarrollo de competencias emocionales y parentales desde una perspectiva comunitaria y preventiva, en la que resalta la importancia de orientar a los padres y madres en el desarrollo de estrategias cognitivas y de relajación que les permita controlar sus emociones de manera positiva en momentos de cierta tensión emocional.  Así mismo, resulta necesario trabajar con los padres y madres las habilidades de comunicación con los hijos, los procesos de resolución de conflictos y de negociación, las estrategias para establecer límites y regulación del comportamiento en los hijos, y las habilidades para fomentar la autoestima y la asertividad de los padres y madres en el desarrollo de la función parental.
Respecto a prevención, tipos de familia y cambios familiares, Jadue (2003) analiza algunos factores sociales que han aumentado las transformaciones familiares, e incrementado en los hijos el riesgo de bajo rendimiento, de fracaso, de problemas emocionales y conductuales en contextos escolares; por estas razones señala la necesidad de queen el sistema escolar se desarrollen mecanismos protectores y preventivos para los niños provenientes de familias monoparentales y disfuncionales especialmente.